El hombre de nuestra época tiene la tendencia natural a pensar que solamente la tecnología
“recién salida del horno”
es quien nos puede salvar en cualquier situación. Gastamos horas y energías en la frenética carrera de la actualización tecnológica que nunca logramos mantener.
En la industria de la construcción, importantes avances en aplicaciones informáticas y nuevos materiales nos arroyan diariamente obligándonos a la actualización permanente bajo la promesa de no desactualizarnos y desaparecer del panorama profesional.
No obstante, los cambios realmente profundos en la forma de pensar y materializar la construcción no aparecen todos los días. La forma de construir nuestros edificios nunca volvió a ser la misma desde el desarrollo de concreto reforzado hace ya más de cien años. La forma de concebir el diseño arquitectónico se vio fuertemente sacudida y nunca volvió a ser la misma desde la aparición del Autocad de Autodesk a finales de los noventa.
En la ultima década con el advenimiento de las tecnologías BIM (Building Information Modeling) nos aparece una nueva revolución en nuestro oficio de diseñar y construir.
Estás tecnológias prometen ser el camino a la perfección para los proyectos inmobiliarios en terminos de planeacion de la obra, consturcción y desempeño durante su uso.
Podriamos afirmar que lejos de la realidad estamos si retrocedemos casi cien años para mirar el caso del Empire State, mas de 2’000.000 de m2 de construccion en tan solo 13 meses y en plena recesion económica de 1929. Los arqutiectos que hemos atravesado las ultimas cuatro decadas de ejercicio profesional, añoramos cuando el diseño y la construcción se cimentaban en el compromiso profesional, la etica, una formación académica solida y el buen criterio a la hora de definir las caracteristicas de un edificio.
No deja de sorprender que en el caso del Empire State se haya logrado tal perfeccion en la coordinacion de la obra, que las piezas de mármol llegasen en buque desde europa perfectamente cortadas para ser instaladas inmediatamente en la edificación.
Volvamos al presente: el software te devuelve la calidad de información que le introduces. Una nueva generación de arquitectos obtiene su diploma teniendo muchas habilidades el manejo del software, pero pocas en conocimiento técnico y buen criterio a la hora de tomar decisiones complejas.